jueves, 19 de enero de 2012


Un grupo de lingüistas forenses, historiadores y antropólogos descubren una nueva lengua desaparecida en el siglo XI

Poco se sabe sobre este enigmático pueblo situado en una isla del mediterráneo oriental y que desapareció bruscamente alrededor del S.XI. Tenemos constancia de su existencia gracias al diario de un navegador de origen italiano, Julius Verni, en el que relata sus numerosos viajes por mar y hace referencia a una isla, llamada “Atope”, que no aparecía en los mapas de la época. Al no quedar restos arqueológicos ya que la isla, según lo se ha podido comprobar, fue arrasada por un gigantesco maremoto y su población aniquilada, sólo podemos contar con este testimonio. El diario nos aporta datos únicos sobre los antiguos habitantes de Atope, los kribas, y nos ha permitido conocer los rasgos principales de su lengua y cultura. Parece ser que sus antepasados llegaron en barco hacia el siglo VI-VII d. C. y que provenían de un archipiélago en la zona del Mar báltico, probablemente en el golfo de Finlandia.
Por lo visto, los kribas practicaban la pesca, un poco de agricultura y la crianza de animales. Pero lo más interesante es conocer el motivo de su partida hacia tierras tan lejanas. Según nuestras fuentes, estos primeros colonos “no quisieron abrazar la fe cristiana y decidieron huir en tierras desconocidas” para seguir manteniendo sus tradiciones y la religión politeísta de sus antepasados. La mayoría de ellos eran marinos expertos y decidieron emprender el viaje acompañados por sus familias, con animales de toda clase y provisiones para varios meses. No obstante, de los 10 navíos que partieron solamente llegaron la mitad. Una vez establecidos en Atope los kribas permanecieron aislados durante varios siglos.

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